Skip to content

Educación y trabajo. Una “nueva vida” para todos

El día 28 de febrero de 2020 fue confirmado el primer caso de COVID19 en México, y a partir de ese día muchas de las actividades que realizábamos rutinariamente cambiaron de manera drástica. Nuestra vida dio un giro completo y nos hemos tenido que ir acostumbrando a la “nueva normalidad”.

Este nuevo tipo de ‘normalidad’ ha traído grandes cambios en distintos ámbitos. El cubrebocas y el gel antibacterial, se convirtieron en nuestros grandes compañeros durante cada actividad realizada.

Vida laboral

Diferentes empresas alrededor del mundo, implementaron estrategias para poder adaptarse al nuevo formato. Tuvieron que hacer uso del ‘home office’ para evitar la exposición de sus colaboradores y la aglomeración de ellos en el lugar de trabajo. Las reuniones presenciales se convirtieron en videollamadas y el ingreso a instalaciones, cuando fue requerido, se volvió un completo ritual de sanitización.

La mayoría de las empresas en nuestro país, tuvieron que adoptar tecnología y muchos de sus procesos cambiaron al mundo digital. Todo ello, reflejó la carencia tecnológica que en muchas ocasiones se ha mencionado, pero que no es perceptible hasta que se enfrenta una situación donde solo te puedes apoyar de la tecnología para seguir adelante.

La forma de laborar en las empresas ha cambiado totalmente, la adaptación a los nuevos formatos se continúa dando y la tecnología se ha convertido en el gran aliado. Expertos en la materia, han coincidido que el progreso a nivel tecnológico que se esperaba para los próximos 5-10 años, se aceleró estrepitosamente para quedar reducido a un espacio de 2 años.

No hay duda que estos nuevos modelos de trabajo se mantendrán por un tiempo más, y que las incorporaciones tecnológicas se volverán recurrentes y pasarán a ser parte de lo habitual dentro del entorno laboral.

Educación

El sector educativo ha sido donde más se ha podido comprobar el rezago tecnológico que se vive en el país, la desigualdad económica que se vive entre las clases sociales se ha demostrado una vez más.

Cuando la Secretaría de Educación Pública (SEP) hizo oficial el regreso a clases de manera virtual, muchos de los alumnos y profesores comenzaron a afrontar el reto de la falta de dispositivos tecnológicos desde los cuales tomar o impartir su clase. Por su parte, los docentes que si contaban con facilidad para acceder a esos dispositivos, pero que se les dificultaba su uso, se afrontaron al reto de aprender a manejar una tecnología para continuar con sus clases.

En general, para alumnos y docentes, no ha sido fácil adaptarse al nuevo formato de educación a distancia. Los materiales didácticos habituales tuvieron que dar paso a la tecnología al ser redefinidos. Para profesores, han sido horas de trabajo extra para adecuar la enseñanza al modelo no presencial. Han tenido que establecer canales de comunicación ágiles para estar en contacto con los alumnos y poder resolver sus dudas que antes fácilmente se respondían en un aula, pero que ahora ya no es posible.

Como podemos ver al analizar el panorama, la tecnología ha jugado un papel muy importante en esta ‘nueva normalidad’. 2 ámbitos, que si bien, ya tenían adoptada parcialmente tecnología, ahora tuvieron que acelerar los procesos de adopción y apoyarse en ella para obtener el máximo provecho.

La pandemia, nos ha demostrado que la mejor manera de seguir adelante es sabiendo adaptarse a los cambios ágilmente, antes no imaginaríamos que se podrían llevar a cabo reuniones por videollamada o que un examen podría ser presentado a través de una computadora desde tu hogar. La tecnología se ha convertido en un gran aliado para estos tiempos.