El 31 de octubre es la fecha en la cual se celebra Halloween, las personas se disfrazan de personajes de sus películas de terror favoritas y suelen salir a pedir dulces. Si bien, esta tradición está arraigada principalmente en la zona de América del Norte, en especial en Estados Unidos de Norteamérica, hay muchas otras ciudades en donde recurrir a esta celebración es habitual. Actualmente, con la pandemia este festejo sufrió adecuaciones, pero no por ello se volvió menos divertido y escalofriante.
Como parte de esta celebración queremos entrar un poco en tema y compartirte una analogía de “clientes del terror”, aquellos memorables personajes que alguna vez nos hemos topado cuando solicitan servicio o adquieren un producto en la empresa.
Esta lista fue hecha especialmente para que te rías un rato y con todo el respeto, sin la intención de ofender a nadie. A continuación, te la dejamos:
Llega sereno y pacífico por primera vez, pero al primer “detalle” se acuerda más de tus hijos que de los suyos y puede que hasta en más de una vez mencione a tus antepasados.
Era amigable al inicio, pero cambió al llegar el primer cobro en donde su cara se transformó y hasta la voz se desconoció.
Un tierno usuario que parecía normal hasta que un “ser maligno” posee su alma y lo convierte en tu más temida pesadilla robándote tus ilusiones por continuar.
Aparece como cualquier cliente interesado, pero no se detiene hasta ver que tus esperanzas por fidelizarlo se pierden entre las rasgaduras que deja las cuchillas de su guante
Se alimenta de tus sueños por alcanzar el target ideal, parece el match perfecto hasta que pide le recomiendes a otra empresa del sector
Crees que con él obtendrás el “tesoro al final del arcoíris” porque sus recomendaciones te posicionarán en el boca a boca ¡que ingenuo!
Sus cambiantes personalidades y gustos no parecen encajar en nada de lo que ofreces, sin embargo se mantiene, aunque sin generar mucho
Llega como un conde, de naturaleza oscura y temible, buscando alimentarse de promociones y ofertas que puedas ofrecer, pero sin darte crédito por lo ofrecido