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Lecciones de marketing emocional de las tradiciones del Día de Muertos
Cada noviembre, México se llena de color, aroma y emoción durante el Día de Muertos, una celebración que honra la vida de quienes ya partieron. Declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, esta tradición está lejos de ser sombría: es un tributo al amor, la memoria y la conexión familiar, valores que toda marca busca despertar en su audiencia. Para los profesionales del marketing, el Día de Muertos es más que un evento cultural: es una clase magistral de narrativa emocional y conexión auténtica. Estas son las principales lecciones que podemos aprender de una de las celebraciones más conmovedoras del mundo.
1. La autenticidad genera confianza y profundidad emocional
En 2023, el Día de Muertos generó más de 41 mil millones de pesos en actividad económica en México, con una ocupación hotelera cercana al 60%. Esto refleja no solo su relevancia cultural, sino también la profunda conexión que tiene con la identidad de las personas.
Para las marcas, la lección es clara: las audiencias se conectan con mensajes genuinos. Usar referencias superficiales o calaveras decorativas sin contexto puede resultar contraproducente. En cambio, honra las raíces culturales, colabora con artesanos locales, comparte historias reales y resalta el significado detrás de símbolos como las flores de cempasúchil o las ofrendas.
La autenticidad no trata de estética; se trata de verdad emocional.
2. Conecta los sentidos a través de una narrativa simbólica
Pocas tradiciones estimulan los sentidos como el Día de Muertos. El aroma del cempasúchil, la textura del papel picado, el sabor del pan de muerto… cada elemento tiene un significado profundo. Según Punto y Chroma (2024), las campañas que integran elementos multisensoriales tienen un 40% más de probabilidad de ser recordadas por el público. Las marcas pueden trasladar esta riqueza sensorial a experiencias digitales y físicas mediante colores, texturas e incluso música que evoquen nostalgia y alegría. El objetivo es hacer que el público sienta, no solo que vea.
3. Cuenta historias basadas en la memoria y la conexión
En esencia, el Día de Muertos trata de recordar a los seres queridos, y contar historias es la forma de mantener viva esa memoria.
Un ejemplo aclamado fue el de Doritos con “Nunca es tarde para ser quien eres” (2021), donde una familia visita el espíritu de su tío fallecido y celebra su verdadera identidad. El anuncio tuvo alcance global por su calidez e inclusión, convirtiéndose en un caso viral de marketing emocional bien logrado. Las personas se conectan con historias que reflejan sus propias experiencias: familia, pérdida, pertenencia. En lugar de vender un producto, cuenta una historia que refleje emociones universales. Cuando las marcas hablan desde el corazón, el público escucha.
4. Equilibrio entre tradición y creatividad
El gran marketing honra la tradición sin dejar de innovar. La colección “Somos Familia” de Nike, por ejemplo, reinterpretó el Día de Muertos con diseños modernos y audaces, manteniendo su esencia cultural. De igual forma, Doritos mostró que rendir homenaje a una tradición no implica ser conservador, sino evolucionar con respeto.
Las marcas que logran ese equilibrio demuestran inteligencia cultural y sensibilidad emocional. No se apropian de los símbolos, los elevan.
5. Crea experiencias participativas e inmersivas
Los consumidores actuales no solo quieren observar, quieren participar.
El Día de Muertos ofrece oportunidades ideales para el marketing experiencial: desde altares públicos y desfiles, hasta activaciones digitales como #MiOfrenda o muros virtuales de recuerdos. En los últimos años, marcas como Airbnb y Coca-Cola han organizado ofrendas físicas y digitales, invitando al público a rendir homenaje a alguien especial. Estas acciones transforman a los espectadores en participantes emocionales. Cuando las personas co-crean, también co-apropian la experiencia, y eso construye lealtad duradera.
6. El respeto es la base de la resonancia emocional
Aunque el Día de Muertos es festivo, también es profundamente espiritual.
Las marcas deben abordarlo con sensibilidad, evitando trivializar la muerte o usarla como recurso publicitario.
Investigaciones del Marketing Science Lab (2024) muestran que la competencia cultural influye directamente en la confianza del consumidor, especialmente en los mercados latinoamericanos. Las campañas respetuosas surgen de escuchar, involucrar a la comunidad, validar ideas y reconocer los orígenes.El marketing emocional sin respeto se siente manipulador; con respeto, se siente humano.
El Día de Muertos nos enseña que la emoción es el lenguaje más poderoso del marketing, pero solo cuando es auténtica.
Cuando las marcas comprenden el significado detrás de las tradiciones, pueden convertir la comprensión cultural en una conexión genuina. Esta celebración nos recuerda que el amor, la memoria y el sentido de pertenencia nunca mueren… y tampoco el vínculo entre una marca y las personas que realmente creen en ella.
